martes, diciembre 29, 2020

GUILETTA


Todas las mañanas, camino del despacho, pasaba por el concesionario de automóviles de su barrio. No podía, ni quería evitarlo, el vistazo rápido era costumbre. Aquel día se quedó clavado en el gesto. Los ojos le brillaban, y volvió al niño que fue, pegando las manos en el cristal del escaparate. ¡Dios! Ahí estaba, el coche, por excelencia. Un fascinante Alfa Guiletta azul oscuro metalizado resplandecía bajo las luces de la exposición. Tanto fue su calmado apasionamiento, que llamo la atención de uno de los vendedores del interior, que gesticulaba, animándole a entrar. Empapado de sorpresa, se apartó del cristal y empujo la puerta. Tuvo la sensación de entrar en otra dimensión. La calefacción del local, el ambientador sutil junto con el hilo musical de viejas canciones italianas, le transportaban a no sabe donde.

El comercial, un desecho de amabilidad, abriéndole la portezuela, le invitaba a sentarse y disfrutar de la joya. Un asiento tapizado en fina piel beige tostado y cosida a mano, le esperaba. Y lo hizo. Sintió el taco en sus manos de la madera barnizada del volante, la baquelita de la bola del cambio de velocidades y el frío metal de la botonadura del salpicadero. Por un momento cerro los ojos, y se vio recorriendo una serpenteante carretera, de las muchas que dibujan la Costa Azul. Ella sentada a su lado, con el pelo protegido por un bonito pañuelo en tonos azulados de motivos marineros. Las uñas rojas, los labios rojos, los ojos ocultos tras las gafas de sol y la sonrisa a punto de estallar.

- ¿Le gusta? - Aquella voz repentina le devolvió a la nueva dimensión, a solo un paso de la realidad.

- Sí, mucho, muchísimo - Sonrió dulcemente, ocultando su feliz resignación.

El comercial le anotó, en una tarjeta, el precio y las posibilidades de financiación. Amablemente la cogió y se la guardó en la cartera. Se despidió, agradecido. Volvió al frío de la calle y dio un último vistazo. Los ojos se le humedecieron otra vez. La sonrisa se le tiño de conformismo, y pensó: “Ojalá te lo pudieras permitir”. Aceleró el paso, hoy llegaría tarde, seguro.

 

Elvis Costello - She

https://open.spotify.com/track/31Tp5iKrVUayn65qhg06nE?si=onMGW7S2RSGq83Ij2kL6cg

 

 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cada detalle me ha recordado esas películas italianas de los 60
M'ha encantat !!!