Te has ido y no he podido despedirme. Me hubiera gustado poder decirte adiós y darte un beso para el camino, por si te sentías sola. Me hubiera gustado poder decirte que cuando llegues al cielo no te alejes mucho de la puerta, para que me sea más fácil localizarte cuando yo vaya. La eternidad la supongo larga y entonces tendremos tiempo para volver a charlar. Me encantara volver a oír tus historias y yo podré contarte las mías. Seguro que nos reiremos, como siempre. Adiós Rosita, este mundo será un poco menos maravilloso sin ti.
1 comentario:
despedir a alguién siempre es duro, pero tus palabras son el mejor adiós que se le puede hacer. ánimo compañero.
una abraçada.
Publicar un comentario